Continúo
con la serie Newbury de Mary Balogh como parte del #RetoRita4 (agosto). Y admito
que este libro no me animaba mucho en un principio (debido a la protagonista)
pero terminé adorándolo (gracias la misma protagonista). Les dejo con el
argumento del mismo.
Resumen:
Kit Butler, vizconde
de Ravensberg, es divertido y peligroso. El matrimonio es lo último en lo que
piensa. Pero la familia de Kit tiene otros planes. Desesperado por frustrar las
maquinaciones de su padre, Kit necesita una novia… y rápido. Y aquí es donde
aparece Lauren…
Tras ser abandonada
ante el altar, Lauren Edgerworth ha decidido, como Kit, que el matrimonio no es
para ella. Y cuando se conocen, ambos traman un plan: Lauren se hará pasar por
su prometida si él se aviene a proporcionarle un apasionado e inolvidable
verano. Cuando este termine, ella romperá el compromiso y ambos recuperarán la
libertad. Todo va a la perfección hasta que Kit hace lo impensable: se enamora.
Opinión:
Ya comenté que el libro no me
gustó al principio, o los protagonistas, para ser más específicos; ninguno me
enganchó lo suficiente en las primeras páginas. Pero ¡vaya remontada tuvo esta
historia! Porque lo que al principio me pareció soso terminó siendo una de las
historias que más me ha gustado durante los últimos meses. Aunque admito que de
no ser por la confianza que le tengo a Balogh, lo hubiese abandonado al inicio.
Este libro contiene un desarrollo de los personajes muy interesantes, sobretodo
con Lauren, realmente vive un proceso de alquimia divino de leer a través de la
pluma de Mary Balogh.
A Lauren muchos la
reconocerán del libro anterior de esta serie (“Noche de amor”). Fue la mujer a
la que Neville dejó plantada en el altar cuando Lily apareció en la iglesia;
durante ese libro se veía como una mujer sosa, encerrada en sí misma y empeñada
en comportarse de modo correcto incluso si eso significaba enterrar sus emociones,
pero también pudimos leer parte de las penurias que había vivido. Es una mujer
que se complace de hacer todo lo que se supone que una dama debe hacer, pero su
motivación es una falta de cariño y aceptación evidente.
Al iniciar el libro, nos
encontramos con una Lauren que no sabía a dónde pertenecía y que además estaba
cansada de que todos la vieran con lástima, o que creyeran que no podía hacerse
cargo de su propia vida. Es una mujer que en el fondo anhela escapar de la
celda que se impuso, no quiere ser más la Lauren insulsa a la que muchos
consideran un muro de hielo, no, quiere vivir aventuras. Es allí cuando aparece
Kit, quien le brinda eso y mucho más. El crecimiento de Lauren durante la
lectura es impresionante, realmente vemos como florece y poco a poco cumple sus
objetivos.
Por otra parte, Kit, vizconde
de Revensberg, es un personaje engañoso porque conforme leemos la novela descubrimos
las capas profundas que recubren su historia tanto familiar como personal. Es
un hombre que promete a Lauren muchas aventuras y lo cumple. Dentro de estas
aventuras es que comienza el proceso de transformación de Lauren, y él está muy
consciente de esto y se enorgullece. Además, sabe lo mucho que esta evolución y
la libertad significan para Lauren, por lo que siempre intenta proteger eso,
incluso por encima de su propia felicidad.
La historia de amor al
principio no llamó mi atención, pero conforme esta se desarrollaba, noté que
además de los sentimientos, Lauren y Kit realmente se ayudaban el uno al otro y
se preocupaban por el bienestar de su compañero. Kit quería ayudar a Lauren a
conseguir su tan preciada libertad y en el proceso descubrir a la mujer
escondida detrás una actitud fría por el anhelo de aceptación y cariño; y
Lauren quería darle una mano a Kit con sus conflictos familiares. Hay que decir
que ambos cumplen sus objetivos.
Así que esta novela, además
de una historia de amor, es un ejemplo de evolución personal, de cómo se debe
aceptar el pasado y seguir adelante descubriendo las cosas maravillosas que la
vida tiene para cada persona. Además, muestra como muchas veces creemos cosas
de nosotros mismos que no son ciertas y a partir de allí nos creamos una
“máscara” o “identidad” que nos limita un montón.
A diferencia de su antecesor
dentro de la serie, considero que este libro comienza un poco aburrido, va remontando
de forma maravillosa y termina entregándonos una bonita historia de amor y
resurgimiento personal. La recomiendo muchísimo.
Raulymar
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